lineas de conduccion

Redes de saneamiento y líneas de conducción, indispensables para la salud pública

En México y el mundo se requiere de instalaciones higiénicas de saneamiento y abastecimiento de agua potable, mejor conocidas como líneas de conducción, donde los sistemas de bombeo transportan el agua desde los lugares donde se encuentra en estado natural, hasta el punto en que queden almacenadas, ya sea en tanques, reservorios o plantas potabilizadoras.

Desde la década de los noventa se ha incrementado el número de personas que cuenta con instalaciones mejoradas de saneamiento; de acuerdo con la OMS, el 68% de la población cuenta con instalaciones higiénicas, pero aún la problemática persiste, pues más de dos mil millones de personas carecen de redes de saneamiento y agua potable y carecen de inodoros o letrinas cubiertas; aproximadamente el trece por ciento de la población mundial defeca al aire libre por la carencia de servicios, ya que nueve de cada diez de estas personas radica en zonas rurales.

En el año 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció como derecho el acceso al agua potable salubre y limpia y al saneamiento, y solicitó acciones internacionales para proporcionar agua potable e instalaciones limpias, accesibles y asequibles para la población.

La insalubridad del agua y la carencia de redes de saneamiento provocan que la higiene sea inadecuada, que se propaguen enfermedades y muertes por diarreas a causa de alimentos contaminados con coliformes fecales y otros microorganismos presentes en los desechos humanos, pues estos casos son más comunes en las zonas donde se carece de servicios de agua potable y saneamiento.

Contar con líneas de conducción y redes de saneamiento permite mejorar la calidad de vida debido a la reducción de la propagación de lombrices intestinales, tracoma y otros microorganismos y bacterias de los desechos humanos, que provocan daños a la salud humana, la mejora en la calidad de vida al tener acceso a agua limpia para cocinar, beber y mantenerse aseados. Además, contar con redes de saneamiento separadas, es decir, unas para proveer agua limpia y otra para llevarse las aguas residuales permite la recuperación y tratamiento de esta agua para volver a utilizarse.

De acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud realizado en el año 2012, se reveló que por cada dólar invertido en el saneamiento, se obtiene un rendimiento de cinco dólares aproximadamente, traducido en la reducción de costos por la atención de salud, mayor productividad y una disminución en las tasas de fallecimientos prematuros, así como en las enfermedades estomacales y gastro-intestinales. Como autoridad internacional de salud pública, la OMS encabeza los esfuerzos para la prevención de las enfermedades y vigila el acceso al saneamiento y acceso al agua potable, así como la eliminación segura y tratamiento de las aguas residuales para evitar la transmisión de enfermedades y la contaminación ambiental.

Dentro del saneamiento, la línea de conducción o tubería que transporta agua, debe seguir el perfil de terreno y ubicarse a modo de que se pueda inspeccionar constantemente, utilizándose las energías disponibles para conducir el gasto deseado, permitiendo presiones iguales o menores a la resistencia física que el material de la tubería de soporte.

Las líneas de conducción se dividen en:

  • Línea de conducción por gravedad. Reciben este nombre cuando se construye un tanque elevado además de la planta potabilizadora para que provea a la red de abastecimiento por medio de la fuerza de gravedad. Para que esta sea utilizada se requiere que la fuente de suministro sea un lago o un embalse situado en un punto elevado en la zona o la ciudad a la que va a abastecer, para que se pueda mantener la presión suficiente en las tuberías principales.
  • Línea de conducción de bombeo. En estas, el equipo de bombeo se utiliza para almacenar cierta cantidad de agua durante los periodos de bajo consumo, y en los de alto consumo, se utiliza el agua para aumentar el suministro por medio del bombeo, de modo que se obtiene un rendimiento uniforme.

Las tuberías o cañerías se utilizan para conducir los caudales de agua, que realizan las funciones que anteriormente desempeñaban los canales abiertos y los acueductos; se utilizan materiales como hormigón armado, hierro, acero, cemento y plástico para construirlas, aunque su construcción e instalación tiene perfiles diferentes con base en la línea de gradiente hidráulico, entre más adaptado sea el perfil a dicho gradiente, menor será la presión en la tubería y el costo de la misma.

El uso de aliviadores y depósitos auxiliares ayudan a evitar la presión elevada, que puede romper la continuidad de las tuberías; la velocidad en la presión del agua debe ser lo suficientemente elevadas para evitar la acumulación de sedimentos y se deben colocar válvulas para purgar, desaguar y limpiar los sedimentos que se queden acumulados.

Al desarrollar líneas de conducción se deben tomar en cuenta elementos como las cañerías a instalar, los materiales y piezas especiales como ramales, curvas, reducciones; los accesorios para las tuberías como las válvulas de aire y de reducción de presión, las cámaras de desagüe y limpieza, los tanques de reserva o almacenamiento, las cisternas que llevarán y las estaciones de bombeo que se implementarán.

Con la combinación de todos estos elementos se pueden crear redes de distribución de agua potable, tratada y de buena calidad, para que las viviendas, empresas e industrias cuenten con un caudal y presión adecuados para satisfacer sus necesidades hídricas.

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